Duelo complicado

Recientemente en Puerto Rico, se han observado una serie de accidentes automovilísticos extremos donde personas inocentes han perdido sus vidas. Perder a un ser querido es uno de los momentos más retantes para algunas personas. Inclusive, para otros, los sentmientos de pérdida son debilitantes, intensos y en ocasiones, no mejoran con el tiempo. Esto se conoce como duelo complicado. Emociones dolorosas se extienden por un periodo más extenso y la persona tiene dificultad recuperándose y continuando su vida normal.

Al duelo complicado también se conoce como Trastorno de Duelo Prolongado. Las personas pasan por diferentes caminos durante su experiencia de pérdida. El orden y el tiempo que duran estas etapas varían de persona a persona. Algunas características del duelo complicado son:

  • Intensa añoranza o tristeza persistente por la persona fallecida.
  • Dificultad para aceptar la muerte, incluso después de un periodo considerable de tiempo.
  • Sentimientos de culpa desproporcionados, relacionados con la muerte o el propio proceso de duelo.
  • Preocupación excesiva con el fallecido, como pensamientos intrusivos sobre la pérdida.
  • Evitación de recordatorios de la persona fallecida o, por el contrario, una inmersión excesiva en recuerdos.
  • Impacto negativo en el funcionamiento diario, como dificultades en las relaciones, el trabajo o las actividades normales.
  • Síntomas como adormecimiento de emociones, irritabilidad, desconfianza, incapacidad de disfrutar los placeres de la vida, aislamiento, entre otros, también son muy comunes en el duelo complicado. Existen algunos tratamientos efectivos tales cómo: terapia psicológica para manejo de duelo; grupos de apoyo en el que pueda escuchar al igual que compartir situaciones similares y hablar de sus emociones; intervención médica para el uso de antidepresivos o ansiolíticos y la práctica de la Atención Plena.

    Ejercicio de atención plena: «Respiración consciente con el dolor»

    Duración: 10-15 minutos

    Pasos:

    1. Encuentra un lugar tranquilo:

      • Siéntate cómodamente en una silla o en el suelo con la espalda recta.
      • Cierra los ojos o mantén una mirada suave.
    2. Conecta con tu respiración:

      • Lleva tu atención a tu respiración. No intentes cambiarla; simplemente obsérvala. Nota cómo el aire entra y sale de tu cuerpo.
    3. Reconoce el dolor emocional:

      • Permítete identificar y nombrar las emociones relacionadas con tu pérdida: tristeza, culpa, soledad o cualquier otro sentimiento. Puedes decir mentalmente: «Esto es tristeza,» o «Esto es dolor».
    4. Explora el dolor con curiosidad:

      • Observa cómo el dolor se siente en tu cuerpo. ¿Hay tensión en el pecho? ¿Una sensación de vacío en el estómago? Explora sin intentar cambiar nada, solo aceptándolo.
    5. Usa la respiración como ancla:

      • Si las emociones se vuelven abrumadoras, regresa a la sensación de tu respiración. Nota cómo tu abdomen sube y baja, recordándote que estás seguro en este momento.
    6. Agradece tu esfuerzo:

      • Antes de terminar, agradece a tu mente y cuerpo por permitirse sentir y estar presente.
    7. Regresa lentamente:

      • Abre los ojos y toma unos momentos para observar cómo te sientes. Trata de continuar tu día con amabilidad hacia ti mismo.

    Beneficios de este ejercicio:

    • Promueve la aceptación de emociones intensas sin juzgarlas.
    • Ayuda a disminuir la intensidad del dolor emocional con el tiempo.
    • Desarrolla una relación más compasiva con uno mismo

    Puedes repetir este ejercicio a diario o cuando sientas el dolor. De necesitar más ayuda favor contactar algún recurso como el profesional de salud. Para emergencias: 911 ó 988.

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